Hubo que picar unas baldosas para crearles, dentro de un pequeño espacio, un sitio adecuado para ellas. Pero ya está todo plantado, esperando la llegada de la primavera para despertar.
Mientras eso sucede, hemos podido disfrutar el placer de ver los primeros narcisos florear, una de las camelias cubrirse de mágias, la útima rosa del otoño.